Milena: urgente necesito enviar una carta a Santa Claus
Miles: Mil.... ya fue
Milena: que cósa ya fue?
Miles: la Navidad
Milena: cómo, que ya fue?
Miles: ayer fue, o antes de ayer... la celebramos con Bin&Laden, una cena de-li-cio-sa y la antología de Lennon, en el nuevo sillón blanco, tomando vino blanco. Santa está volviendo de una dura resaca y recorriendo empresas de turismo para ver dónde se toma el palo hasta el próximo año
Milena: pero es que me surgió un pedido... Necesito que me conceda el Don de la Puntualidad, al menos para probar qué se siente. Por el 2007 nomás, dicen que es un año cabalístico y no quisiera llegar tarde.
Miles: No venden Dones de la Puntualidad en este país. El stock que había se pasó de fecha de vencimiento, lo sacaron a la vereda, quedó un buen tiempo ahí tirado hasta que se fué por una alcantarilla con la última tormenta y no se supo más de él. Algunos comentan que un par de personas que se encontraron esa noche a ningunear por ahí, puntualmente, se lo terminaron llevando, quizá es lo que estaban buscando allá abajo.... Y no creo que vuelvan a reponerlo en el corto y mediano plazo. Igualmente no importa, porque ya pasó
Milena: no es justo, si lo hubiese tenido que pedir a tiempo entonces no lo hubiese necesitado!. Por eso no mandé carta antes... bueno, en realidad sí mandé una carta. Seguro que estoy a tiempo de mandar otra. Es que no puedo evitar la prisa que siempre llevo, producto de la demora que siempre genero, principalmente dispersándome....
Miles: Que clase de carta mandaste?
Miles: Aquí no llegó ningún regalo a excepción del sofá blanco que trajeron... entonces ese señor de blanco era Papá Noel!?. Además no tendría sentido molestarlo de nuevo, con una especie de horas extras extrañas, cuando nadie es puntual en este lugar.
Milena: En realidad era el tapicero... que se pasó de amable después; sólo porque antes negociarle el precio no logró encontrar espacio en nuestra reducida masa cerebral (... as usual) que ya estaba en otra parte y sucumbió a la tentación de dar el ok a la primera oferta, logrando así que aquél maximizara su ganancia al menor costo, como nos habían enseñado en el colegio. Fue por eso que después se vino, para mi asombro, con el cuento de la mejor calidad al mismo precio y de paso me regaló su caja de chinches de tapicero a la sola consulta de "dónde puedo comprar unas chinches de tapicero!?", porque ya venía pensando que con lo que me cobró ese sillón, el cráter que hay en el otro me lo arreglo yo solita. Creo que en promedio salí hecha, no soy tan mala administradora después de todo.
Miles: quizá que en serio era Papá Noel...
Milena: ... lejos de serlo ... Sin embargo, que curioso ahora que me lo estás preguntando, un señor llegó el sábado con un sillón blanco a cuestas -el tapicero- al que la vida nos dió la oportundiad de despedir velozmente -rapidísimo diría- porque justo se había cortado la luz y lo único que nos importaba era la presencia del electricista que me ayudó a cargar el sillón en el ascensor, transformando en innecesaria la ayuda para hacerlo que antes le había pedido al otro. Y que afortunadamente llegó justo en el momento en el que el tapicero estaba también llegando (una hora y media mas tarde de lo convenido -by the way - con cara de que pensaba que era la última entrega del día) porque si no, además, no hubiésemos escuchado el timbre.
En realidad la coincidencia fue que la luz se cortó justo en ese momento, también por mi culpa, porque 15 minutos antes, descubrí que la bolsa de compras del día anterior se había transformado involuntariamente en bolsa de residuos, con las lamparitas y el jabón que había comprado dentro y llevaba acumulado un mate vaciado y varias otras cosas encima; entonces antes de extraviarlas de nuevo me dispuse a cambiarlas y ahí fue que terminé haciendo un cortociuito y recurriendo de urgencia al electricista....
... Sillón que tampoco elegí, ahora que lo pienso, mas bien me eligio él a mí, haciéndome señas desde la vereda de aquella casa desde la cual había sido arrojado y empujándome a cargarlo en el auto; con la extrema casualidad, además, de que las dimensiones resultaron ser mayores a las observadas a primera vista y si no hubiese sido por mi amiga Gabriela que justo pasaba por ahí con sus dos hijas y me ayudó a cargarlo en el baúl luego de una serie infructuosa de maniobras quizá hubiese desistido del intento. Aunque no suelo desistir tan fácilmente... Y si te cuento que 1 hora antes llamé "Gabriela" a una persona que estaba de espaldas en la calle, pensando que era ella, y resultó que cuando se dió vuelta me había confundido. Debo admitir que estábamos en su barrio, aunque por circunstancias totalmente diversas y no es habitual que estemos por ahí.
Parece que las cosas siempre me estuviesen eligiendo a mí en lugar de que sea al revés y cómo al final terminamos congeniando a la perfección me causa un agotamiento mental terrible cada vez que tengo que pensar en ir a buscarlas yo a ellas con algún criterio simplemente utilitario... (exceptuando la lista del supermercado)
Miles: No habías pedido ese sillón?.
Milena: No puedo decir que no, entré un par de veces a un par de anticuarios pero no ví nada que me convenciera, como me convenció aquella vez el colorado que terminé comprando. Y cuando experimentás esa sensación de convencimiento frente a algún objeto, no podés aceptar tan fácilmente incorporar otro nuevo, con un convencimiento menor al ya experimentado en otra oportunidad porque automáticamente sentís que no tiene el mismo valor. Pero podía aceptar de buena gana otro más en casa y llegó.
Miles: ergo, no pidas puntualidad porque no la vas a tener, dejá que un día venga y decida elegirte y si no te elige pues no era tu media naranja, ni ningún tipo de fruta. Ya ves, llegaste tarde para pedirla... no es momento de ser puntual.
Milena: by the way, la carta que le mandé...
Miles: al tapicero?
Milena: no, a Papá Noel. Fue para decirle gracias por las cosas que me tiró este año y terminé incorporando con convencimiento. No se si las habrá mandado él, pero igual se va a sentir aludido...
Miles: Dios! está bien que de a ratos confundas un poco a la gente con argumentos extraños, pero por favor no trates de subvertir algunos valores culturales fuertemente arraigados en la creencia popular.... que sería de nuestra economía si todo el mundo pensara así!. O si a Santa se le ocurriese comenzar a pedir agradecimientos por los deseos que va cumpliendo por ahí!
Milena: sería muy aburrido... Dios! cómo me aburría cuando volvía a casa del colegio secundario...
Miles: ahora vuelvo
Milena: ok
Tuesday, December 26, 2006
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